La sostenibilidad requiere un modo de vivir y trabajar que no sobreexplote, desaproveche ni destruya los recursos naturales que constituyen la base de toda vida humana. El concepto subyacente a este término se describió hace cientos de años en la silvicultura. Es una forma de explotación en la que sólo se tala la cantidad de madera que pueda crecer en el mismo periodo de tiempo, para que así la madera nunca se tale por completo, sino que sea capaz de regenerarse y ser utilizada también por futuras generaciones.