Semanas del embarazo:
Semana 29 del embarazo: Tu bebé genera células grasas y coge peso
En la semana 29, estás en el octavo mes de tu embarazo y en el tercer y último trimestre. Durante este mes, tu bebé crecerá en todos los sentidos y cogerá mucho peso. También es hora de planificar los cambios en tu hogar con antelación, para convertirlo en un espacio seguro para tu bebé.
Tamaño de tu bebé en la semana 29
Tu bebé mide 38,7 cm de tamaño, aproximadamente como un coco. Pesa alrededor de 1240 gramos, por lo que ha cogido bastante peso. En lugar de pesar lo mismo que un paquete de harina, de repente pesa casi lo mismo que dos paquetes. Cuanto más pesa tu bebé, menos problemas habrá si nace prematuro.
El desarrollo de tu bebé
Tu bebé presenta un aspecto similar al que tendrá cuando nazca. Sus características se han desarrollado rápidamente en las últimas semanas y sus proporciones no cambiarán demasiado de aquí al nacimiento. Lo importante ahora son sus órganos, que cada vez son más complejos, y el desempeño de sus funciones. También ir cogiendo peso hasta alcanzar unos niveles normales para un recién nacido.
Aumento de peso
En la semana 29, tu bebé tiene todo lo que necesita para ir ganando peso, ya que sus células grasas ya se han formado y pueden comenzar a almacenar reservas. Esto significa que empezarán a coger un poquito de «relleno», que necesitarán justo después de nacer, ya que al principio no producirás leche materna madura. De hecho, nada más nacer, tu bebé perderá un poco de peso. No será hasta el tercer día de vida cuando pueda consumir las calorías y grasas de tu leche materna y empezar a coger peso de nuevo.
Si esperas gemelos, eso no significa necesariamente que aguantes el doble de peso. Tus dos bebés tendrán diferentes pesos al nacer y no tendrán el mismo tamaño. Sin embargo, haya dos bebés en el útero o solo uno, los cerebros de los bebés se desarrollan rápidamente en la semana 29 y gradualmente pueden regular su temperatura corporal y su ritmo cardíaco, para que puedan sobrevivir cuando «estén solos» fuera del útero.
Desarrollo del sistema inmunitario
En este mes, un avance clave es el desarrollo de su sistema inmunitario. Cada vez se transfieren más anticuerpos de tu cuerpo al de tu bebé a través de la placenta. Éstos forman el sistema inmunitario de tu bebé y lo entrenan para realizar su función. Tu bebé necesitará de su sistema inmunitario para sobrevivir fuera del ambiente protector que es tu útero, ya que entrará en contacto con todo tipo de bacterias. Hasta que tenga alrededor de un año de edad, es crucial que lo protejamos ante enfermedades graves. Por ejemplo, si la abuela ha tenido bronquitis o gripe, lo mejor es posponer ir a visitarla hasta que se recupere completamente.
El lanugo de tu bebé se ha vuelto más espeso y ahora cubre casi todo su cuerpo, aunque también es posible que ya tenga el pelo con el que nacerá. Esto varía de bebé a bebé: algunos tendrán mucho pelo al nacer, mientras que otros tendrán muy poco. Es una cuestión de genética y no está influenciada por ningún otro factor.
¿Cómo se siente la futura mamá en la semana 29?
A medida que crece tu bebé, también crece tu tripa. Los movimientos de tú bebe se hacen cada vez más perceptibles, ya que cada vez es más grande, tiene más fuerza y menos espacio en el útero. Siempre que pueda darse la vuelta y moverse, lo hará. Ya son una pequeña persona activa.
El dolor de espalda, los problemas causados por los movimientos fuertes de tu bebé y las piernas hinchadas y doloridas son cosas que también pueden ocurrir en la semana 29. Los síntomas que experimentaste en las primeras semanas de embarazo se han ido reemplazando por otros síntomas que afectan a tu sistema musculoesquelético, aunque es posible que todavía sientas algunas náuseas o tengas acidez en las últimas semanas antes del parto, ya que tu matriz está presionando contra el arco costal y comprimiendo a algunos de tus otros órganos.
Señales y síntomas comunes
Aumento del dolor de espalda
Muchas mujeres embarazadas sufren dolor de espalda. Esto es completamente normal, ya que tu postura al caminar ha cambiado y tu espalda tiene una carga más pesada que llevar. El peso del bebé también puede afectar a tu sistema nervioso, y eso puede derivar en otros problemas: son comunes los calambres musculares repentinos en las piernas, las nalgas, las caderas o la parte superior del abdomen. Notarás esto particularmente si tus niveles de estrés es alto, ya que el estrés es una especie de “devorador de magnesio”. Por tanto, si las cosas se vuelven un poco estresantes, asegúrate de incluir suficiente magnesio en tu dieta.
Obtén más información sobre el magnesio y por qué es tan importante.
Preparándote para la vida con tu hijo
Probablemente será difícil pensar otra cosa que en tu bebé, y ahora es el momento de planificar con tiempo dónde va a dormir, para pintar/redecorar/renovar esa habitación si fuese necesario. Tu bebé puede dormir en vuestro mismo dormitorio al principio, por supuesto, y es una buena idea conseguir una cuna que colocar al lado de tu cama (esto también será de gran utilidad cuando tengas que darle el pecho por la noche).
Preguntas que puedes querer hacerle a tu médico o matrona
Ayuda con los problemas de espalda
Si sufres problemas recurrentes de espalda, hay alternativas que pueden dar resultados inmediatos además de las terapias convencionales del ejercicio.
Una manera altamente efectiva de reducir o eliminar el dolor es la acupresión. Es similar a la acupuntura y consiste ejercer presión sobre ciertos puntos de tu cuerpo para aliviar el dolor a través de los meridianos, los canales de energía de nuestro cuerpo.
Otra opción útil es utilizar unas bandas deportivas elásticas y autoadhesivas, llamadas Meditape, que se colocan sobre las áreas doloridas y masajean continuamente los músculos. Existen en diferentes colores, y puede estimular o relajar los músculos.
Pídele a tu médico que te recomiende a un terapeuta deportivo que utilice con frecuencia estas técnicas para aliviar el dolor. Tu matrona también puede darte más información, y ella puede que incluso haya recibido formación sobre estos tratamientos alternativos.
Sin embargo, esto no sustituye el ejercicio regular, así que aprovecha las clases para mujeres embarazadas de tu gimnasio o de tu centro médico. Estos ejercicios harán que mantengas tu flexibilidad y, gradualmente, te ayudará no solo a reducir los síntomas que tienes actualmente si no a evitar que aparezcan otros nuevos.