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Semanas del embarazo:

Semana 31 del embarazo: Ahora es el momento de comenzar a planificar el nacimiento de tu bebé

La semana 31 ha comenzado, y ya empiezan a notarse la tensión y el entusiasmo: pronto será hora de dar a luz a tu hijo. Dentro de unas diez semanas, podrás por fin sujetarlo entre tus brazos por primera vez. Tú ya habrás formado un estrecho vínculo con tu bebé, y ahora es el momento de hacer lo que puedas para ayudar a que tu pareja también forme un vínculo similar mientras os preparáis para conocer al miembro más reciente de la familia.

Tamaño de tu bebé en la semana 31

Por ahora, casi al final del octavo mes de embarazo, tu bebé ha crecido hasta alcanzar un tamaño de 41,5-41,8 cm (si puedes imaginarte una lombarda, más o menos así de grande), aunque todavía no es tan grande como lo será cuando nazca. Pesa 1575 gramos  y poco a poco se acerca a los dos kilogramos. Aún continuará aumentando sus niveles de grasa y cogerá más peso antes de nacer. Dependiendo de sus genes, su peso puede casi duplicarse de aquí al momento del parto.

El desarrollo de tu bebé

Desarrollo pulmonar

Mientras tu bebé sigue creciendo y cogiendo peso, sus órganos internos están acabando de completar su desarrollo y comenzando a hacer su trabajo. A partir de la semana 31, tu bebé puede expandir completamente sus pulmones sin que los alvéolos se peguen entre sí, gracias al surfactante, la proteína protectora. Dato interesante: sus pulmones están tan desarrollados que, si nacieran ahora de forma prematura, simplemente necesitarían respiración asistida en lugar de ventilación mecánica completa. 

Colocándose en posición

Tu bebé ya se moverá mucho menos en la semana 31, en parte porque no hay suficiente espacio en el útero y en parte porque ya tiene un patrón de sueño y vigilia definido que puede suponer que duerma incluso más de 15 horas al día. Por el contrario, cuando esté despierto, sentirás toda su vitalidad. Sus codazos, puñetazos y patadas pueden ser extremadamente fuertes y causar síntomas menores.

Todavía no ha adoptado la posición en la que tendrá que estar para el parto. Sin embargo, se apoyará poco a poco contra la pared del útero, y su cabeza comenzará a moverse hacia el canal del parto para cuando llegue el momento de salir del útero.

La posición correcta para el nacimiento, conocida como presentación cefálica anterior, es aquella en la que el bebé tiene la cabeza hacia el cuello uterino. Debe estar en esta posición cuando comience el parto. Tu matrona comprobará regularmente la posición de tu bebé a partir de ahora. El 90 por ciento de los bebés se colocan ellos mismos en esta posición en torno a cuatro semanas antes del nacimiento.

¿Cómo se siente la futura mamá en la semana 31?

Puede que te sientas un poco abrumada a veces cuando miras hacia el futuro y ves a lo que te enfrentas. Una cosa a la que le estarás dando vueltas es dónde vas a dar a luz. Querrás saber cómo de seguro es un lugar para ti y para tu bebé. Si no lo has hecho ya, te recomendamos que visites algunos centros de parto y hables con las matronas que cuidarán de ti y de tu bebé mientras das a luz.

Señales y síntomas comunes

Tus pensamientos giran en torno a tu bebé 

En la semana 31, pensarás más y más en qué cosas vas a necesitar para tu bebé, por ejemplo un saquito de dormir para bebés, jerséis, cardigans, zapatos, etc. Seguro que tus amigos y familiares tienen algunas cosas que pueden prestarte o regalarte, y no dudarán en hacerlo, por lo que es una buena idea escribir una lista de cosas que necesitas y compartirla, ya sea online  o a la antigua usanza. Lo que necesitarás para tu bebé dependerá de si nace en verano o en invierno, así que tenlo en cuenta. Tampoco te olvides de comprarte cosas para ti misma, para cuando sea hora de dar a luz. Si has elegido un hospital o una unidad de matronas, pronto tendrás que preparar una bolsa  que llevar contigo. En ella tendrás que meter ropa

(incluyendo la ropa para el bebé), productos de aseo, toallas, etc.; cosas que necesitarás después de dar a luz. Más información sobre lo que necesita un bebé recién nacido.

Tu cuerpo se pone en huelga

A veces sentirás que tu cuerpo se ha puesto en huelga. Los pulmones se resienten bajo el peso de tu vientre, las piernas te pesan y te duelen y la espalda se tensa. A menudo pasarás la noche despierta, dando vueltas y vueltas en la cama, tratando de encontrar una posición cómoda que te permita dormir. Y, por si eso no fuera suficiente, la acuciante necesidad de ir a orinar frecuentemente hará que no tengas muchas noches tranquilas en absoluto. Hay mayor probabilidad de que sientas acidez después de las comidas, aunque puedes minimizarlo ingiriendo cantidades más pequeñas distribuidas a lo largo del día en lugar de hacer unas comidas más grandes en los horarios habituales (esto también beneficiará al intestino, que está trabajando más de lo normal debido a la presión que ejerce el útero). También te resultará cada vez más difícil sentarte y ponerte de pie, e instintivamente te sujetarás el vientre y espalda en el proceso. Dentro de poco, tu pareja tendrá que atarte los zapatos o tendrás que empezar a usar zapatillas con velcro o sin cordones.

Incontinencia 

La presión sobre el suelo pélvico y la cabeza del bebé presionando la vejiga, harán que los músculos de la vejiga ya no aguanten en líquido con la misma fiabilidad que antes. Como resultado, quizás tengas alguna pérdida de orina al reírte, estornudar o toser, especialmente si tu vejiga está llena. Esto es común en las últimas etapas del embarazo, e irá mejorando después del parto. Podrás acelerar ese proceso de recuperación entrenando tu suelo pélvico en los cursos de gimnasia posnatal.

Tu ombligo sale hacia afuera

Hasta la semana 31, tu útero ha crecido y la piel de tu vientre se ha estirado tanto que tu ombligo primero se aplana, y después puede que incluso salga hacia afuera. Esto será claramente visible si es verano y te vistes con menos capas.

Consejos útiles

  • Hazte con un calzador largo para que te resulte más fácil ponerte los zapatos.
  • Si tienes incontinencia por estrés temporal como resultado de la presión sobre tu suelo pélvico, utiliza toallitas o compresas para proteger tu ropa interior cuando salgas a la calle.
  • Puedes crear un ambiente cálido y acogedor en la habitación de tu bebé (o en la parte de tu dormitorio en la que dormirá) decorándola con colores brillantes.
  • Si vas a pintar las paredes y/o los muebles del bebé, cerciórate de que los colores y las pinturas que vas a utilizar no son tóxicas.
  • Empieza a pensar si vas a querer transportar al bebé en un carrito o llevarlo a cuestas en un arnés, aunque la mayoría de las madres utilizan ambos métodos en momentos diferentes

Preguntas que puedes querer hacerle a tu médico o matrona

Congelación de células madre y sangre del cordón umbilical

Como futuros padres, tendréis la opción de decidir qué queréis hacer con la placenta. Las matronas pueden deshacerse de ella, o pueden dártela para que te la lleves a casa. Los padres utilizan la placenta cada vez más para plantar un árbol conmemorativo del nacimiento del bebé o para hacer abalorios. 

Como alternativa,  podréis tomar células de la placenta y congelarlas y poder utilizarlas como células madre para vuestro bebé si sufriera de alguna enfermedad que las requiriera como tratamiento o cura.

Lo mismo se aplica a la sangre del cordón umbilical, que también contiene células madre del bebé, y pueden congelarse y utilizarse en caso de enfermedad.

Busca el consejo de tu matrona, ginecólogo o (incluso mejor) de un pediatra, y consulta con compañías especializadas en el almacenamiento de células madre de la placenta si estáis interesados en esa opción. Asegúrate de que sea una compañía reputada en la que puedas confiar, ya que se trata de las células madre de tu familia.

Información sobre el autor:

Juliane Jacke-Gerlitz es enfermera colegiada. Lleva más de diez años trabajando como asesora de maternidad y lactancia. En la actualidad trabaja como escritora médica y asesora psicológica. Juliane Jacke-Gerlitz está casada desde hace 22 años, es madre de ocho hijos y vive con su familia en Halle.